Para tener un estilo de vida más saludable, es conveniente
que cambie sus hábitos alimenticios y de actividad física al mismo tiempo,
pero, si tuviera que escoger un solo cambio, es mejor comenzar con el
ejercicio.
Empezar a hacer dieta y actividad física al mismo tiempo, logra mejores
resultados que hacerlo uno primero y otro después, a esta conclusión llegó la
Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford, en un estudio donde
participaron 200 personas de más de 45 años, sedentarias y con malos hábitos
alimenticios.
Esta investigación fue liderada por Abby King, consistió en dividir a los
participantes en cuatro grupos: el primer grupo recibió consejos sobre
actividad física y, hasta después de cuatro meses, se les dió consejos sobre
una alimentación sana, otro grupo recibió las instrucciones al contrario
del primer grupo, para el tercer grupo se dió la consejería al mismo tiempo en
ambos temas y el cuarto grupo actuó sin recibir ningún consejo.
Solo la primera cita de 40 minutos en forma personal, el resto de las sesiones
se realizaron por teléfono de 15 minutos de duración. Las metas a cumplir eran
lograr una actividad física de 150 minutos por semana, comer de cinco a nueve
porciones diarias de frutas y vegetales, el consumo de grasas saturadas fuera
menos del 10% de de todas las calorías ingeridas en un día.
Cuando cumplieron un año, los tres primeros grupos habían logrado mejorar su
alimentación pero su éxito en cuanto al ejercicio fue distinto, el grupo que
había recibido consejos sobre ambos temas al mismo tiempo alcanzó los mismos
niveles, el grupo que recibió la asesoría nutricional primero y luego de cuatro
meses empezara con la actividad física, no lograrn concretar los 150 minutos
por semana.
Por ello los resultados sugieren que a las personas les es más fácil incorporar
cambios en los hábitos alimenticios, que hacerlo en los de actividad física,
porque ingerir alimentos es una actividad que ya está programada en lo
cotidiano, a diferencia de empezar a realizar ejercicios que hay que sacar
tiempo.
“Si tiene que escoger con cuál hábito empezar, elija iniciar cambiando sus
hábitos de actividad física ”, expresó King .
Conclusión:
Mejor cambiar ambos hábitos simultáneamente, la
alimentación y el ejercicio, para que los dos sean tomados como igualmente
prioritarios.
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